Los Bulos como profesión

Bulos: la mentira como estrategia politica
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Los bulos hoy por hoy que te mientan en la cara ya no es un problema, se hace en pleno día, en hora punta, y en mucha ocasiones hasta los repiten durante días sabiendo que lo que dicen es mentira.

Los bulos, definidos en términos generales como información falsa o engañosa que se hace pasar por noticias legítimas, se afirman con frecuencia como omnipresentes en línea y con graves consecuencias para la democracia.

Usando un conjunto de datos multimodo único que comprende una muestra representativa a nivel nacional de consumo de dispositivos móviles, computadoras de escritorio y televisión, refutamos esta sabiduría convencional en tres niveles.

Los medios de comunicacion y redes sociales

En primer lugar, el consumo de noticias de cualquier tipo se ve muy superado por otras formas de consumo de medios, que comprenden como máximo el 14,2% de las dietas diarias de medios. En segundo lugar, en la medida en que se consumen noticias, provienen abrumadoramente de la televisión, que representa aproximadamente cinco veces más que el consumo de noticias en línea. En tercer lugar, las noticias falsas comprenden solo el 0,15% de la dieta diaria de medios.

Nuestros resultados sugieren que es más probable que los orígenes de la desinformación pública y la polarización se encuentren en el contenido de las noticias ordinarias o en la evitación total de las noticias, ya que se trata de una falsificación manifiesta.

Porqué bulos?

Hay muchas razones por las cuales se  crean bulos, pero en el caso de España la principal es para demonizar una ideología poliítica.Los bulos han encontrado el campo de cultivo ideal para nacer, crecer y multiplicarse. Son informaciones falsas desde su origen, invenciones deliberadas pero envueltas de algún elemento de verosimilitud que les aporta algo de credibilidad y divulgados de manera premeditada con algún objetivo.

Si nos remontamos al origen de la noticia falsa –concretamente a la persona que lo idea– podemos encontrar distintos intereses, que pueden ir desde lo más elaborado o sofisticado a lo más bobo o simple. Entre estos últimos puede tratarse de mera irresponsabilidad, un mero «hacer la gracia» a modo de gamberrada, que sería un mecanismo muy infantil. En otros casos puede haber intenciones mucho más conscientes y elaboradas. Su objetivo final siempre tiene un componente de hacer daño a alguien –un bulo difamatorio contra una persona en concreto–, a algo o a alguna causa.

IberoMagazine

joedell